Cuando lo mejor no es participar
Escribir relatos me resulta a veces muy gratificante. Le dedicas unas cuantas horas y construyes una historia que, aunque en ocasiones resulta un poco corta, la mayoría de las veces tiene principio y fin y no hay que esperar varios meses para ver el resultado. El problema es que cuando me decido a hacerlo suele ser con intención de enviarlo a algún concurso, certamen o similar, con lo cuál el relato en cuestión se queda en el "guardado" hasta en espera de que se dicte el fallo correspondiente. Lo mejor de que a una no le toque el premio gordo es que puede sacar a la luz estos pequeños amigos que mantiene en el "cajón" desde hace tiempo.
Os dejo encima de la mesa "Música por la calle", una historia que nació a partir de la fotografía que tenéis delante.