Sobre mí
La primera vez que me dijeron que tenía que escribir una novela estaba haciendo un curso de escritura y casi me muero del susto. Como tenía tanto miedo a las complicaciones con las que me podría encontrar, decidí ambientarla en mi pueblo, pensando en que al menos había algo que tenía controlado.
Desde entonces, han pasado varios años y por el camino he descubierto muchas cosas, buenas y malas, de mí y del resto del mundo. Pero me quedo con las siguientes ideas:
- Si quieres, puedes.
- Escribir es… excitante. Crear personajes e inventarles una vida es como ver una película en tecnicolor y saber que en cualquier momento tú estarás dentro también, compartiendo con ellos aventuras e ideas, sueños y esperanzas.
- ¡Me encantan los relatos! Cortos, intensos, locos, de amor… Son como esos caramelos de naranja ácida que se deshacen en un instante en la boca y que saturan los sentidos.
- La documentación es parte (una muy, pero que muy) importante de la diversión. Aprender a hacer papel con trapos viejos, seguir los pasos de los niños cantores desde su país de origen hasta la corte española, recorrer el Camino de Santiago con los pícaros y fulleros que se buscaban la vida a costa del peregrino, conocer el valor de una moneda Blanca en el siglo XVI, saber cómo vivían templarios y prostitutas en la Edad Media... son solo algunos de los temas que he tratado en mis novelas. Segovia, Valmaseda, Madrid, Laguardia, Bilbao, Villasana de Mena, Cudillero... algunos de los lugares por los que he pasado.