Clara II

           "Clara frunció el ceño y echó un vistazo rápido a la casa cuando se oyó el ruido del cerrojo al correrse. Y se decidió.

Se levantó con rapidez, se pinchó la aguja en el vestido a la altura del pecho, asió la cesta y asintió.
—Está bien, la acompaño.
La joven extranjera no se demoró ni un segundo. Para cuando la señora Socorro Pérez Valbuena abrió la puerta y sacó la cabeza a la calle, hacía tiempo que las dos jóvenes habían desaparecido de allí."